8/4/09

14º pasaje, cap 7

―Cuidaos del influjo que la ira ejercer sobre vos. Haced acopio de estoicidad y confinadla en el lugar más recóndito que hallarais en vuestro interior, ya que apartándola imposibilitaréis que os humille campando a su antojo. Así solo le seria posible recorrer el angosto camino que la conduciría al exterior, cuando la voluntad no hubiera de ponerle impedimento alguno o, los dioses no lo quieran, tuvierais que valeros de ella para dirimir una verdadera afrenta ―expuso Garin, pese a las advertencias y sin el menor comedimiento. Fue esta perentoria conjugación de criterios y maneras, tan impregnados adrede en ominosa ironía, lo que propició que el heraldo se dejara guiar por el impulso que habría de condicionarlo a dar fiel cumplimiento a la llamada que su lado primitivo hizo a la sangre. Y con cuanta determinación se vio predispuesto se entregó a privar, de un rápido y enérgico tirón, la espada de su vaina. Mas cuando la hoja se hallaba próxima a ser liberada el intento se vio frustrado por el cortesano, el cual, con ambas manos y echando el cuerpo, la restituyó a su lugar de origen. Sin embargo, y pese al desconcierto, el capitán no cejó en su empeño, e infructuosamente trató de zafarse de su oponente. Y fue durante el breve intervalo, en el que ambos se debatieron por hacer valer sus propósitos en tan impropia pugna, cuando el cortesano tuvo a bien dirigirse a su contendiente sin apartar la mirada, y con palabras en las que imperaba un apremio carente de temor.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

―Cuidaos del influjo que la ira [¿pueda?] ejercer sobre vosCreo que te falta un "pueda".
dafd

Ángel Vela dijo...

Saludos, dafd.

Otra de esas partes que se van a cmbiar y dejar restos.

Creo que mi idea era eliminar el pueda y no cambié ejercer.

"Cuidaos del influyo que la ira ejerce"

Un abrazo. Nos leemos