15/9/08

Al despertar la llama de sentimientos dormidos, 7º pasaje, Cap 2

Durante un breve intervalo se cernió sobre ellos un desconcertante mutismo, que dio fe de hasta qué punto cada uno de ellos se hallaba a disgusto con una reacción que para ambos había resultado tan molesta como inevitable. Fue entonces cuando se giró, tratando de adoptar, tras la brusca espontaneidad de tal acción, un incipiente halo de naturalidad destinado a atenuar en la medida de lo posible el amargor producido por tan enojoso incidente. Valiéndose de artes bien aprendidas la joven señora escenificó una ambigua representación, en la que palabras y gestos se sucedían en una interminable espiral de deliberada frivolidad que, al menos en parte, consiguió negar al caballero ese escaso respiro que habría de resultarle necesario para tomar conciencia de cuanto permanecía velado tras aquel simple gesto, como se había especificado en el “Tratado del conocimiento del hombre” que Garin escribió: “Si no queréis que una ofensa directa se convierta en llamamiento a la sangre, cuidaos en todo momento de que la dosis de odio que estéis dispuestos a generar sea la adecuada. Y no os olvidéis de que, si por el motivo que fuere, os excedéis en vuestras provocaciones, deberéis seguir hablando. Permitid que vuestras palabras fluyan mansamente, porque en casos como estos nada puede acrecentar más el odio que el propio silencio”.

4 comentarios:

weiss dijo...

Hola, Palabras! Hombre, mira, muy bien resuelto el encaje de la cita sobre "protocolo" en este tramo. Es una forma ésta de no cortar el tempo de la narración, y queda perfectamente oportuna. Una cosita: en la segunda frase hay un "Fue entonces cuando se giró" cuyo sujeto está muy lejos y ya no se reconoce. Por el contexto se entiende que es la chica, pero deberías dejarlo más claro citando su nombre.

Ángel Vela dijo...

Buenas caballero, pues me alegra de que te gustara. Espero seguir afinando con las otras, como sabes es una de las cosas que más me preocupan.

Me miro lo de esa frase ;)

Un abrazo

Nos leemos

Vito Márquez dijo...

Esperada reacción de la dama.

Lamento no estar de acuerdo con weiss. Buena cita, pero no me pega nada aquí. Demasiado brusca. Excelente para un diálogo entre caballeros, prestos a sacar la espada y escabecharse por honor... Pero estamos en una escena romántica. Con el mismo fin, un texto que hiciese referencia a las relaciones hombre-mujer en el mundo, al estilo de manual de las buenas maneras para una dama cuando quiere sacudirse un moscón de alta alcurnia, quedaría mejor. Incluso ese tratado puede haberlo escrito una aventajada cortesana.

Ángel Vela dijo...

Saludos Vito.

Te aclaro un poco,que no es para convencerte ni nada, solo para aclarar.

La cita no es de ella, sino de Garin, cortesano mayor de la casa de Bánum. Y es una cita extraida de "Tratado del conocimiento del hombre" el libro en el que se marcan las pautas de como ser un buen cortesano. No se trata de buenas maneras, sino de como despedazar dialecticamente a alguien. En este mundo, un combate puede tener un final tan tragico con el de un encuentro con las espada o peor. Como ya dije por ahí, en ese aspecto tiene mucho de feudalismo japones.

En cuanto a la relación, pues solo comparte con la historia romantica el parametro de conducta a seguir en este tipo de situación.

Bueno espero no ser muy pesado :)

Nos leemos, un abrazo