26/4/09

21º pasaje, cap 7

―Si tenemos en cuenta que la falta está clara, y que la disparidad de rango no ha de ser lo suficientemente grande entre el Señor de Thárin y el marido de la dama como para que pudiera verse eximido de ofrecer una compensación personal; y siendo un hecho que ambos caballeros son hombres de armas, no se podría dar pie ha que ningún paladín interceda sin que esto se interpretara como un claro gesto de cobardía o debilidad.[1] El heredero de La Casa de Bánum querrá hacer valer su derecho en un duelo que de seguro no será pactado a primera sangre. Y aunque con esto no pretendo desmerecer la validez de vuestro tutelado en el manejo de la espada, éste está muy lejos de llegar a ser tal que pudiera medirse con uno de los héroes vivos de nuestro tiempo. Tal vez el más grande de los paladines que la Fe haya conocido, por mucho que se hubiera acomodado. Es por ello que sólo se pospondrá su muerte. Habrá de ser la misma mano que en otro tiempo tuvo la entereza y el furor para librar a La Orden de su mayor enemigo la que dé raudo cumplimiento, restituyendo indirectamente la sentencia que el edicto ha de negarnos.

»¿No os parece qué una vez más los dioses se prestan ha enmendar errores humanos con una notoria muestra de justicia poética? ―preguntó jactancioso, convencido de que el peso de su planteamiento era tal, que no habría de existir la forma de que se viera recusado, siendo el cortesano el que permaneció en silencio en aquella ocasión.

La prolongación de aquella charla unida al constreñido mutismo que Garin adoptó, fue acogido por el capitán como el preludio de un alzamiento que al precio de su vida le conduciría a la victoria. Una nueva aseveración que venía a proclamar que su alegato era irrecusable. Con cada replica ganaba en confianza, y la bruna sombra de temor que aquel gigante protocolario ejercía sobre él comenzó a desmitificarse, al quedar expuesta de una manera tan perentoria a la luz de lo que le resultaba un razonamiento lógico.«Sigue hablando, que sean tus propias palabras las que me pongan al tanto y tu mera indiscreción lo que termine de condenarte» pensó el cortesano, manteniendo su mutismo.

[1] N. del autor: Pese a la importancia de la ofensa, resulta impropio que alguien de más alto linaje se bata en duelo con caballeros que estén por debajo de su condición, en casos como estos se nombra a un paladín.

3 comentarios:

Sharly dijo...

Angelito esa h fuera

»¿No os parece qué una vez más los dioses se prestan ha enmendar errores humanos con una notoria muestra de justicia poética?

;)

Sharly dijo...

Angelito esa h fuera

no se podría dar pie ha que ningún paladín interceda

;) ¿Qué te pasa con las h pisha?

Ángel Vela dijo...

Creo que me estoy quedando tonto, jejejejej

Gracias guapetón ;)