11/5/09

26º pasaje, Cap 7

»Salir indemnes de lo ocurrido no evitará que vuelvan a desviarse, y todo esto sin tener en cuenta que la noticia de que se les han visto juntos habrá de correr por si sola.

»Dejad que las cosas sigan su curso y no permitáis que La Orden se vea implicada en asunto de amoríos, ya que por ende el futuro Señor de Bánum se enterará de todos modos, y es mejor que no hubiera de tildarse a La Orden de indiscreción o de formar parte, en mayor o menor grado, de tan ignominioso suceso. De seguro no habréis de desconocer que al airearse casos como este, la vergüenza tiende a salpicarnos a todos. Pero olvidémonos del resto y hablemos de la parte que os toca.

»Algunos cortos de miras afirman con desatino que la hegemonía de La Orden reside en su mayor potencial bélico. Otros en cambio, lo atribuyen únicamente al hecho de que se vean amparados por los dioses, y pese a que dichos factores no habrán de verse desmerecidos o cuestionados, no son la principal causa de su poder. Es la cohesión y la marcialidad que impera en su sistema lo que la hace fuerte y predispone a todo enemigo al miedo. ¿Quién no temería arremeter contra un muro compacto carente de fallos y fisuras? Y como comprenderéis no ha de permitirse que de cuando en cuando estas irregularidades sean apreciadas. Es por ello que el desprestigio antes citado alentaría los corazones de rebeldes y sediciosos que, agazapados y sin más sustento que el odio, esperan una oportunidad como ésta para levantarse en armas contra una fe que intuirían en detrimento. Y todo esto sin que hubieran de descartarse otras posibles repercusiones fruto de un destino que podría no tener a bien el mostrarse favorable.

»Por descontado quiero pensar que supondréis que cuanto vengo a referiros no son más que meras especulaciones, mas os aconsejaría que las tuvierais en cuenta y valorarais en su justa medida. Que se diera a conocer la implicación de la orden en la muerte de los herederos de ambas casas haría que la situación se pusiera cuando menos desfavorable. Y aunque está claro que no podemos intuir el proceder de sus regentes, ¿quién os dice que el hecho de que ambas queden privadas de sucesores no se torne en el motivo de una fuerte controversia que, no con demasiada dificultad, desemboque en una nueva guerra civil? ¡Una guerra civil!, ahora que perdemos terreno frente a las islas del sur. Sólo bastaría que nuestros enemigos vieran como nos masacramos en una guerra fratricida.

»¿No creéis que al mostrar una debilidad tan aparente a contrarios tan resueltos los alentamos a que adopten la firme determinación de invadir nuestras costas? ―preguntó exaltado, como si se viera condicionado por la visión de sucesos tan horribles.

―Creo nuestro deber encontrar la forma de que esto provoque el menor daño posible ―añadió, exponiendo aún tiempo con palabras y gestos una extraña pero convincente muestra de firmeza y resignación.

4 comentarios:

dafd dijo...

...exponiendo aún tiempo con palabras y gestos...No sé si "aún" es la palabra que querías poner.
Me parece que han quedado claras todas las implicaciones explicadas por el amigo Garin.

Blanca Miosi dijo...

Querido Angel, ¿cuántas páginas lleva ya tu novela?

7 capítulos, 26 pasajes...

Te felicito por la dedicación que tienes y por ser tan consecuente con tus proyectos.

He escrito una pequeña nota acerca de ti en mi blog.

Besos,
Blanca

Ángel Vela dijo...

Saludos, coleguilla ;)

Gracias por el toque.

En cuanto a Garin, aún le quedan algunas jollitas, ejejeje.


Un abrazo. Nos leemos ;)

Ángel Vela dijo...

Hola,Blanca ;)

Pues no sé cuantas, ejeje. Muchas, aunque con la poda se quedó en bastantes menos. Seguí tus consejos y el de otros tantos y descargué un poco :)

El capitulo siete de la parte 2 creo que es el más largo que escribí, incluso estoy pensando en partirlo en varios.

Y gracias por el apoyo y las felicitaciones. Espero poder pagaroslo algún día con una novela terminada. En verdad os debo mucho.

Me paso en cuanto pueda por tu blog. Y muchas gracias por acordarte de mí. Eres un sol.

Un beso grande. Nos leemos.