7/10/08

Al despertar la llama de sentimientos dormidos, 13º pasaje, Cap 2

De esta forma pretendía imperar, sobre obediencia y razón, la tiránica y caprichosa obstinación de una conciencia incipiente que, cegada por el deseo y alentada por la pérfida conversación que tan fatídicamente había desembocado en sus oídos, no solo desoyó cada explicación, sino que se vio inducida a creer que podía desvirtuar los pretextos del padre amparándose en la información que en clandestinidad había obtenido del apasionado aprendiz de historiador. Y armada inconscientemente con su hiriente candidez atentó, sin saberlo, contra los que esa misma noche pretendían acceder furtivamente al jardín, inducida por lo que a priori había interpretado como la inadmisible confirmación de que aquellos que estaban allí para servirla gozaban de privilegios que a ella le estaban siendo negados. Era como si el destino quisiera cobrarse en su nombre las vidas de los aprendices al convertirla en la fiel delatora de los que con tanta viveza compartían su deseo. Aquello fue lo que propició que comenzara a emerger de tan temprana consciencia, aquejada a intervalos de un quimérico odio, los reproches consignados a conformar los inconexos retazos de una singular historia. Una historia que, habiendo nacido de la verdad, fue desvirtuada deliberadamente, aunque no hasta el punto de impedir al Señor de Bánum entrever la raíz del problema. Y advirtiendo este el grado de delicadeza con que dicha situación debía ser llevada, optó por dejar de lado una responsabilidad que estuvo llamada a recaer sobre Garin, ya por entonces cortesano mayor de La Casa de Bánum, el cual supo extraer de ella, con la minuciosa precisión de una pulcritud en desuso, cuanta información fue menester, para que quedara zanjado con firmeza. Y mientras la dama trataba de rumiar trabajosamente aquellos difusos recuerdos, tan ajados por el pasar de los años, cayó por primera vez en la cuenta de que, tras aquel casual encuentro, no volvió a ver a los jóvenes, siendo desconocedora, pese a intuirlo hoy, de que perecieron antes de llevar a cabo su sueño.

Son muchos los que no pueden evitar sucumbir a sus pasiones, aun siendo conscientes de lo pernicioso que llega a resultar. Y pocos los textos en los que quedó reflejado ese “irreflexivo” proceder, entre los cuales ha de contarse una carta anónima que Lanaiel encontró entre sus pertenencias, la cual estuvo destinada a convertirse en el principio de un gran amor: “Los Hermanos de la Sangre afirman que cada sentimiento debe quedar supeditado a la razón, ya que todo acto que se hubiera concebido en el corazón estará de antemano predestinado al fracaso. Yo estuve condenado a crecer manteniéndome fiel a esta idea, pero tal doctrina hubo de perecer en mí cuando te contemplé por primera vez a través de tus textos. Hoy por hoy siento que, por grandes que fueran las represalias, no podrían privarme, aunque quisieran, de tan arraigado sentir. Tanto ha prosperado desde ese día el fervor que por ti siento, que dudo que seas capaz de imaginar cuán dulcemente sucumbiría a la irreflexión para equivocarme contigo”.

3 comentarios:

Blanca Miosi dijo...

Hola Ángel, veo que has modificado tu blog, se ve ahora mucho más ordenado, provoca entrar y quedarse, de veras. Es intresante ver cómo influyen los detalles. Hoy no he leído mucho, tengo que ponerme al día, has avanzado bastante.
Te felicito por la nueva cara de tu blog.

Besos,
Blanca

Blanca Miosi dijo...

¡Angel! ¿Qué sucedió? lo veo todo como descuadrado, me gustaba más el otro, parecía un pergamino antiguo, muy de acuerdo a tu novela...

Ángel Vela dijo...

Hola Blanca.

Pues el blog está como estaba, no sé que es lo que viste, jajaajja.

En el tiempo que mandaste los dos, estaba la misma plantilla. Ya me diras si está o no bien, yo creo que la que está no está mal, no sé.

Venga un beso, ya me dices lo que sea ;)