Y tras el obligado silencio en honor de la improvisada plegaria que los relegó al papel de mudos espectadores, el heraldo restableció la conversación con sobriedad.
―¿De cuántos hombres podéis prescindir? ―preguntó el capitán, sin acogerse al protocolo y con cierto aire circunspecto y amargo producido en parte por la extenuación.
«Parece que pese a todo entresijo la situación termina, previo pago de una vida, prestándose a mis propósitos. En cualquier caso, una ofrenda tan pequeña siempre resulta viable».
―De todos. ¿De qué habrían de servirme aquí? No estoy expuesto a ningún mal. Y de estarlo, ¿no os correspondería a vos y vuestros hombres velar por mi seguridad? ―se apresuró a responder, mostrándose tan seguro de la respuesta, como sorprendido por la pregunta.
Pese ha no hallarse carente de lógica, el modo de contestar no agradó al heraldo. A su criterio la espontaneidad y el tono parecían atribuir a la consulta claros tintes de absurdez. Y aunque la primera intención fue reaccionar con hostilidad se contuvo, no apreciando al escrutarle el rostro el más leve vestigio de que esa arrogancia pasiva se blandiera adrede.
EL PESO DE LO IRREPROCHABLE
A veces llega a causarnos más daño la verdad en boca de un enemigo, que el ser objeto de sus ofensas, puesto que éstas siempre han podido ser solventadas con sangre o palabras, mas huelga decir que ante una verdad incuestionable, solemos quedar condenados al peor de los silencios.
Tekil Zu
2 comentarios:
Pese ha no hallarse carente de lógica
Creo que es a y no ha, puesto que puede sustituirse por: A pesar de...
;)
Cierto, fallo tecnico :p
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