11/3/09

1º pasaje, cap 7

Con el caer de la máscara: El cazador y su presa




LA PALABRA


Sabed que cada palabra puede blandirse, convertirse en un instrumento eficaz. Y no olvidéis que pocas llegan a ser tan mortíferas como aquellas que siendo propias son adoptadas por otros, doblegadas y deformadas hasta adquirir su impronta antes de sernos devueltas, mientras apreciamos como parte de nuestro veneno perdura en ellas.



Garin


Alejándose Sionel junto a sendas comitivas, se brindó a los contendientes la intimidad adecuada. Desvincularse de la presión ejercida por una treintena de hombres armados permitía proseguir de un modo más sereno. No obstante la perspectiva de Garin estuvo destinada a diferir de lo que cabria esperar. Con la ausencia del sequito no sólo se descartaba la posibilidad de un conflicto armado, puesto que de la misma forma desaparecieron cuantos factores subyacentes le obligaban a mostrar comedimiento. Aquel entorno se presentaba propicio para desposeerse de su recatado disfraz; en vista de lo cual el avezado demonio que durante la charla aguardaba, emergió de ajada carcasa.

4 comentarios:

Sharly dijo...

el avezado demonio que durante la charla aguardaba, emergió de ajada carcasa.

yo diría: emergió de su ajada carcasa. ;)

Ángel Vela dijo...

Pues dirías bien, ejejeje.

Gracias coleguilla ;)

Anónimo dijo...

"Sabed que cada palabra puede blandirse, convertirse en un instrumento eficaz. Y no olvidéis que pocas llegan a ser tan mortíferas como aquellas que siendo propias son adoptadas por otros, doblegadas y deformadas hasta adquirir su impronta antes de sernos devueltas, mientras apreciamos como parte de nuestro veneno perdura en ellas."

bri-llan-te

Ángel Vela dijo...

Vaya, vittt, usted por aquí!!!!!!

Contento de leerlo y de saber que le gustó el cachito ;)

Un abrazo. Nos leemos ;)