3/8/08

Preludio, (1º pasaje del Cap 3)

Dictando en clandestinidad la sentencia de una muerte anunciada



VENGANZA

Destruyendo poco a poco aquello que más odias,
arrancando pequeños trozos hasta que la raíz se pudra.


Siguiendo los recovecos de incontables pasillos que se perdían en lo más profundo, se llegaba a las lóbregas estancias subterráneas que bajo la mansión fueron excavadas en la roca viva de aquel risco cuyas ventanas permitían vislumbrar el puerto y, más allá de él, el mar. Lugar desde donde sólo un agudizado oído hubiera podido percibir lo que arriba acontecía, como un moribundo murmullo que pesadamente arrastrase el viento.

Tras una de tantas puertas se accedía a aquella reducida estancia, privada de calidez a causa de un mobiliario tan vetusto como austero. En su interior podían hallarse multitud de objetos que descansaban con anarquía sobre rústicos estantes de madera, siendo fácil por su disposición deducir que dentro del desvencijado habitáculo nada estaba dispuesto siguiendo un orden. Todo parecía colocado a la ligera, ofreciendo una visión muy clara de la escasa importancia que tenía su actual cometido, y cómo su presente improductividad propiciaba el atemporal confinamiento.

Largo rato hacía que descansaba en una de las esquinas de una voluminosa mesa de roble una titilante vela a medio consumir, siendo este pequeño foco de luz el que dejaba la habitación en penumbra, y permitiría vislumbrar con levedad la silueta de un hombre grueso y achaparrado; este cubría su cuerpo con una amplia túnica sobre la que se veían representados su cargo y procedencia, mientras quedaba expuesto en aquel rostro cubierto de aceites, en las manos y en otras partes que la tela no cubría, de qué modo el fuego devoró con avidez su carne.

El incesante tamborileo que sus atrofiados dedos ejercían sobre la madera, unido a los continuos cambios de postura, dejaba de manifiesto cómo la inquietud de su premura degeneraba paulatinamente en angustiosa cólera.

Con reiteración, el intenso verdor de aquellos diminutos ojos de carnosos párpados se clavaba con vehemencia en la temblorosa llama, midiendo con ella el tiempo transcurrido.

La cera se derretía chorreando con lentitud, como si se tratase de los granos de un reloj de arena próximo a consumirse, habiéndose desbordado incluso de la palmatoria del mismo modo que su escasa paciencia. Y, llevado por la ira, hizo que ésta se perdiera en un rincón, extinguiendo su luz de un enérgico manotazo.

Sólo cuando pereció la llama pudo repararse en un estrecho ventanal por donde se filtraba la inusual claridad del crepúsculo. A este hubo de dirigirse en busca del sosiego de aquella brisa que traía consigo cierto regusto de mar.

―¡Maldito sea! ¿Por qué no viene? ―dijo airado, dejando caer pesadamente sus retorcidas manos sobre el alféizar.

Y allí quedó aquella solitaria sombra, dando la espalda a la puerta como un animal enjaulado que no dejaba de agitarse.

El repiqueteo se volvió más incesante y, como en ocasiones anteriores, llevado por una desesperación que lo poseía con suma facilidad, comenzó a murmurar un airado monólogo cargado de insultos y protestas, que fue decreciendo hasta expirar en breve tiempo.

Al principio, la ausencia de sonidos pareció llamada a traer consigo una sensación de quietud, tan falsa como efímera, ya que, cuando sólo quedó el silencio como tal, se convirtió en un vacío que su propia impaciencia hizo eterno, en el que se veía incrementado considerablemente cualquier sonido que, en otras circunstancias, no hubiera resultado apreciable, haciendo que incluso su sofocada respiración, o los desaforados latidos de su turbado corazón, se manifestaran ante él como algo ruidoso e incómodo.

Víctima de un nutrido número de padecimientos y pesares, el peso del tiempo caía sobre él con tiránica violencia, sumiéndolo en continuas cavilaciones en las que permaneció abstraído, inmerso en el desconsuelo producido por unos pensamientos en los que se enfrentaba cara a cara a una sediciosa progenie de problemas que, tras retoñar, anidaban en su cabeza en tal cantidad que habrían logrado anegar el ánimo del más paciente de los hombres. Y no sin falta de arrojo trataba de solventarlos, haciéndoles frente a todos a la vez. Pero inmerso como estaba en la acritud que las circunstancias le infundieron, no pudo evitar verse desbordado en la bruna marea de emociones que lo envolvía en aquella singular batalla perdida de antemano.

Con alarmante fertilidad fueron concebidas las semillas de un sinfín de visiones catastrofistas que ávidamente el subconsciente engendraba para mortificarlo, acrecentando la culpa que le impedía encontrar la manera de soslayar sus pecados.

―Disculpad mi tardanza ―dijo escasos instantes después una voz serena y pausada, que parecía confundirse con un soplo de brisa.

Aquel que contra sus nervios se debatía en tan angustiosa espera, se giró presuroso, y cuando así lo hizo descubrió que una nueva sombra compartía la estancia.

6 comentarios:

Susana Torres dijo...

Muy bueno, Ángel, me ha encantado.
Has conseguido ser fiel a tu estilo en un texto que llega a la comprensión del lector con todo su contenido.
Si esta es la pauta que sigues en la novela, escribirás una gran obra.
A mejorar, sólo te comentaría que pusieses una coma después de la palabra risco en el primer párrafo.

Un beso.

Ángel Vela dijo...

Saludos Susana, gracias por pasar y encantado de que te encante;),

Y más sabiendo que no eres de las que no regala los oidos, y que perteneciendo al grupo de los del bisturí afilado, solo viste una cosilla :)

Quiero pensar que si viene a ser la pauta, al enos en lo que a narrativa se refiere y dialogos, (a ver que te parece como sigue, creo que este capitulo irá en tres partes o así).

Ah por cierto, llegue con Baldukari al acuerdo de correguirnos y darnos opinión, aunque me dijo que le pasa otra cosa que no fuera la novela y al parecer le gustaron mucho, (pregustale a ver que te dice a espaladas mias), jajajaja ;)

Y si te apetece leer un par de relatillos cortos, 1500 palabras o así, pues me dices lo que sea (tengo ganas de saber como me voy desenvolviendo fuera del rollo "plateresco", como dice elisabet ;)

Un beso, nos leemos :)

Vito Márquez dijo...

Publica ya el siguiente post!!

Qué se queda uno con las ganas de seguir leyendo!!

(Nada más doloroso que un Lecturus Interuptus)

Ángel Vela dijo...

Publica ya el siguiente post!!

Qué se queda uno con las ganas de seguir leyendo!!

(Nada más doloroso que un Lecturus Interuptus)

Se ve estos finales a lo Prisson Break, funcionan, jajajja.

Ya hay quien me a pedido aparte que le adelante texto y todo :).

Y bueno si estás interesado solo tienes que pedirlo y te lo mando por msm, (así te doy más tiempo para hacerle el comentario de rigor) :P

Un abrazo grande.

PD: me alegra saber que te estoy volviendo adipto.:)

Solo espero que no llegue el día en que me echeis la pata y me quede sin texto que colgar, jajajaj

Esther dijo...

Bueno, aquí cambiamos de escenario bruscamente. Salimos de las espaciosas habitaciones llenas de invitados y festejantes, a los subsuelos, a lo que está debajo de ¿de aquellas espaciosas habitaciones? (no, todavía no se sabe, puede ser otro castillo, tampoco se sabe si ocurre en simultáneo o no)... en fin, en un submundo lóbrego. Y allí, un personaje extraño, cubierto de símbolos en sus vestiduras —cosa se supone es por prestigio— y también de quemaduras extensas. Un personaje torturado por culpas, impaciencias.

El título es fascinante. El mejor título, hasta ahora.

Es un fragmento que tiene mucha fuerza, sobre todo al principio. Luego, quizás, se insiste en demasía en los pensamientos de él...


Un par de cosas me hicieron ruido, en lo general. Una de ellas:
“Sólo cuando pereció la llama pudo repararse en un estrecho ventanal por donde se filtraba la inusual claridad del crepúsculo.”
¿Quién puede reparar en el ventanal? No el personaje, él sabe que allí está el ventanal, no necesita apagar la vela para reparar en él. Evidentemente, es el narrador; es cierto que el narrador es omnisciente, pero eso es una cosa y otra que intervenga tan decididamente en la escena como aquí.
(por otro lado, ¿por qué es inusual la claridad del crepúsculo?)

La otra cuestión es que, en la segunda parte, no me parece que quede claro qué sucede ahora, y qué sucedió antes, o bien la permanencia en el tiempo o el encadenamiento de ciertos eventos. Por ejemplo:
“Y allí quedó aquella solitaria sombra, dando la espalda a la puerta como un animal enjaulado que no dejaba de agitarse.
El repiqueteo se volvió más incesante y, como en ocasiones anteriores, llevado por una desesperación que lo poseía con suma facilidad, comenzó a murmurar un airado monólogo cargado de insultos y protestas, que fue decreciendo hasta expirar en breve tiempo.”
“Y allí quedó” hace pensar en un evento que permanece en el tiempo. Hace pensar en una acción que queda “congelada”. Pero no, inmediatamente aparece el hecho de que repiquetea y con más intensidad. Independientemente de que ambas cuestiones puedan defenderse como posibles de suceder simultáneamente, a mí, lector, me crea una confusión al leer.
(entre paréntesis, la primera oración que transcribí es excelente)

“Víctima de un nutrido número de padecimientos y pesares, el peso del tiempo caía sobre él con tiránica violencia, sumiéndolo en continuas cavilaciones en las que permaneció abstraído,”
La primera parte hace pensar en algo general, que le sucede desde antes; pero luego el párrafo se refiere estrictamente a lo que le está sucediendo en ese momento en particular. Quizás, si en vez de “caía” fuese “cayó”...

“Con alarmante fertilidad fueron concebidas las semillas de un sinfín de visiones catastrofistas que ávidamente el subconsciente engendraba para mortificarlo, acrecentando la culpa que le impedía encontrar la manera de soslayar sus pecados.
―Disculpad mi tardanza ―dijo escasos instantes después una voz serena y pausada, que parecía confundirse con un soplo de brisa. “
“Escasos instantes después” hace referencia a algún hecho en particular. Escasos instantes después de cerrar la puerta, de llegar a una decisión, de... en fin, algo definido en el tiempo. Sin embargo, antes de esa línea de diálogo, él está concibiendo visiones, lo cual no es una acción definida en un instante de tiempo (instante que sería el referente para luego hablar de escasos instantes después), sino más bien una acción dilatada en el tiempo, y que difícilmente pueda acotarse en un lapso definido (aquí empiezo a tener visiones, aquí termino de tenerlas)

Me parece que todas estas cuestones que señalo devienen de que se mezcla dos cuestiones distintas: los pensamientos y sentimientos de él en función de toda una historia previa, y las acciones particulares que lleva a cabo en esa habitación y en esa escena. Digo, se mezcla demasiado...



Algunas cuestiones particulares:

“de aquel risco cuyas ventanas permitían vislumbrar el puerto y, más allá de él, el mar.” Los riscos no tienen ventanas... jejejeje. Sugeriría eliminar todo esto. Distrae, más que aportar, interrumpe el cuerpo del relato.
“siendo fácil por su disposición deducir que dentro del desvencijado habitáculo nada estaba dispuesto siguiendo un orden.” ¿Es necesario? Creo que con la oración previa y la siguiente queda más que claro el desorden y la vetustidad de la habitación.
“voluminosa mesa de roble” No sé por qué, pero no me imagino una mesa voluminosa. Una mesa grande, inmensa, sólida, todo eso, sí. Pero no me cuadra “voluminosa” aplicado a “mesa”.
“siendo este pequeño foco de luz el que dejaba la habitación en penumbra, y permitiría vislumbrar con levedad la silueta de un hombre grueso”
¿permitiría o permite?
Vislumbrar con levedad: no me parece. Mmm... además, si vislumbra (en vez de ver, mirar, etc), creo que ya está todo dicho con el verbo en sí mismo.

“este cubría su cuerpo con una amplia túnica sobre la que se veían representados su cargo y procedencia, mientras quedaba expuesto en aquel rostro cubierto”
(“este” sobra, a mi modo de ver; y “aquel” podría ser “el”)

“aquella brisa que traía consigo cierto regusto de mar”
¿por qué “aquella” y no “la”?

“cuando sólo quedó el silencio como tal,”
(creo que sobra “como tal”. El silencio es silencio, sin comparación con el silencio...)

Sugiero eliminar (aunque no me harás caso! Jejejeje), por redundancia, básicamente:
“clavaba con vehemencia en la temblorosa llama” (vehemencia)
“su luz de un enérgico manotazo” (enérgico)
“sus retorcidas manos sobre el alféizar.” “retorcidas”

¡Y ni pienses en quejarte por tantas observaciones que hago! Jajajajajaja... vos me invitaste... así que...

Un beso,
Esther

Ángel Vela dijo...

El título es fascinante. El mejor título, hasta ahora.

Me alegra que te guste, y así me confirma aparte que hay gustos para todo, (hubo más de uno que me lo tiró para atrás por el parecido con el de la obra de Márquez, aunque si tuviéramos que estar pendiente de los parecido además de todo lo que ya llevamos íbamos a escribir bien poco, jajajaj)

Es un fragmento que tiene mucha fuerza, sobre todo al principio. Luego, quizás, se insiste en demasía en los pensamientos de él...

mi intensión era recalcar en el animo del personaje, que se expusiera la obsesión sin tener que hacer referencia a ellos abiertamente

Un par de cosas me hicieron ruido, en lo general. Una de ellas:
“Sólo cuando pereció la llama pudo repararse en un estrecho ventanal por donde se filtraba la inusual claridad del crepúsculo.”
¿Quién puede reparar en el ventanal? No el personaje, él sabe que allí está el ventanal, no necesita apagar la vela para reparar en él. Evidentemente, es el narrador; es cierto que el narrador es omnisciente, pero eso es una cosa y otra que intervenga tan decididamente en la escena como aquí.
(por otro lado, ¿por qué es inusual la claridad del crepúsculo?)


Me tienes impresionadísimo, independiente de que tengas o no razón no dejas nada al aire ;)

Te contesto.

La referencia es por poner al lector en situación, para que visualice mejor la escena. No sé si es más correcto o no, pero a veces hago comentarios así con el narrador, o incluso se implica u ofrece su opinión, como el inciso del que está contando un cuento. Digamos que trato un poco de desmitificar la figura del narrador omnisciente que se mantiene al margen y resulta tan veraz como frío.

En cuanto a lo inusual de la claridad, pues simplemente es una de estás noches en las que la luna está llena y tiene un brillo especial, que da más luz que otras tantas noches. Simplemente eso.


La otra cuestión es que, en la segunda parte, no me parece que quede claro qué sucede ahora, y qué sucedió antes, o bien la permanencia en el tiempo o el encadenamiento de ciertos eventos. Por ejemplo:
“Y allí quedó aquella solitaria sombra, dando la espalda a la puerta como un animal enjaulado que no dejaba de agitarse.
El repiqueteo se volvió más incesante y, como en ocasiones anteriores, llevado por una desesperación que lo poseía con suma facilidad, comenzó a murmurar un airado monólogo cargado de insultos y protestas, que fue decreciendo hasta expirar en breve tiempo.”
“Y allí quedó” hace pensar en un evento que permanece en el tiempo. Hace pensar en una acción que queda “congelada”. Pero no, inmediatamente aparece el hecho de que repiquetea y con más intensidad. Independientemente de que ambas cuestiones puedan defenderse como posibles de suceder simultáneamente, a mí, lector, me crea una confusión al leer.
(entre paréntesis, la primera oración que transcribí es excelente)

la intensión era crear esa sensación de congelar el momento, de que este pasara desagradablemente a causa de la impaciencia, y de hay el punto y aparte, aunque tal vez debí dejar también un espacio para reforzar la cosa.

¿Alguna sugerencia?



“Víctima de un nutrido número de padecimientos y pesares, el peso del tiempo caía sobre él con tiránica violencia, sumiéndolo en continuas cavilaciones en las que permaneció abstraído,”
La primera parte hace pensar en algo general, que le sucede desde antes; pero luego el párrafo se refiere estrictamente a lo que le está sucediendo en ese momento en particular. Quizás, si en vez de “caía” fuese “cayó”...

Ummm…no lo tengo claro, pensaré en ello.;)

“Con alarmante fertilidad fueron concebidas las semillas de un sinfín de visiones catastrofistas que ávidamente el subconsciente engendraba para mortificarlo, acrecentando la culpa que le impedía encontrar la manera de soslayar sus pecados.
―Disculpad mi tardanza ―dijo escasos instantes después una voz serena y pausada, que parecía confundirse con un soplo de brisa. “
“Escasos instantes después” hace referencia a algún hecho en particular. Escasos instantes después de cerrar la puerta, de llegar a una decisión, de... en fin, algo definido en el tiempo. Sin embargo, antes de esa línea de diálogo, él está concibiendo visiones, lo cual no es una acción definida en un instante de tiempo (instante que sería el referente para luego hablar de escasos instantes después), sino más bien una acción dilatada en el tiempo, y que difícilmente pueda acotarse en un lapso definido (aquí empiezo a tener visiones, aquí termino de tenerlas)


creo que es muy temprano, o eso o que hoy estoy muy tonto, porque no termino de enterarme, jajajja. Quiero intuir que te refieres a la brusquedad en que se pasa de las visiones a la realidad del momento, si es eso era la idea. Que las palabras del recién llegado acabaran con ellas bruscamente.

Me parece que todas estas cuestones que señalo devienen de que se mezcla dos cuestiones distintas: los pensamientos y sentimientos de él en función de toda una historia previa, y las acciones particulares que lleva a cabo en esa habitación y en esa escena. Digo, se mezcla demasiado...

también es premeditado, al menos en esos primeros compases de soledad, me parecía atractivo y creo que refleja el desconcierto del personaje, aunque la idea no era desconcertar al lector, ajajaja (tal vez sea demasiado experimental en este tipo de cosas, como digo siempre: será por escribir por intuición.
En cuanto a lo de los sentimientos en función a una historia previa, es un recurso para despertar la curiosidad del lector, (aunque me consta que a unos le gustó y a otros los atacó de los nervios, jajaja)


Algunas cuestiones particulares:

“de aquel risco cuyas ventanas permitían vislumbrar el puerto y, más allá de él, el mar.” Los riscos no tienen ventanas... jejejeje. Sugeriría eliminar todo esto. Distrae, más que aportar, interrumpe el cuerpo del relato.

en mi mundo si, de hecho todo el que tiene un risco en propiedad tiene al menos una, jajajajaj
No en serio, es básicamente un ventanal en la roca, algo inusual pero creo que perfectamente posible.
Por cierto esta parte es un añadido, muchos se quejaron de que no ubicaba correctamente el lugar, (entre uno y otro me volvéis loco seguro, ajajajaj) ;)



“siendo fácil por su disposición deducir que dentro del desvencijado habitáculo nada estaba dispuesto siguiendo un orden.” ¿Es necesario? Creo que con la oración previa y la siguiente queda más que claro el desorden y la vetustidad de la habitación.

correctísimo, se puede obviar

“voluminosa mesa de roble” No sé por qué, pero no me imagino una mesa voluminosa. Una mesa grande, inmensa, sólida, todo eso, sí. Pero no me cuadra “voluminosa” aplicado a “mesa”.

un poco raro si que queda, lo dejamos en mesa ;)

“siendo este pequeño foco de luz el que dejaba la habitación en penumbra, y permitiría vislumbrar con levedad la silueta de un hombre grueso”
¿permitiría o permite?

creo que ninguna de las dos, me da que es permitió ¿no?

Vislumbrar con levedad: no me parece. Mmm... además, si vislumbra (en vez de ver, mirar, etc), creo que ya está todo dicho con el verbo en sí mismo.

correctísimo

“este cubría su cuerpo con una amplia túnica sobre la que se veían representados su cargo y procedencia, mientras quedaba expuesto en aquel rostro cubierto”
(“este” sobra, a mi modo de ver; y “aquel” podría ser “el”)

pues bien también ;)


“aquella brisa que traía consigo cierto regusto de mar”
¿por qué “aquella” y no “la”?

ah no por nada, jajja, lo cambio ;)

“cuando sólo quedó el silencio como tal,”
(creo que sobra “como tal”. El silencio es silencio, sin comparación con el silencio...)

pues si un poco tonto por mi parte, jajaja;)

Sugiero eliminar (aunque no me harás caso! Jejejeje), por redundancia, básicamente:

“clavaba con vehemencia en la temblorosa llama” (vehemencia)
“su luz de un enérgico manotazo” (enérgico)
“sus retorcidas manos sobre el alféizar.” “retorcidas”

pues tienes razón, no te hago caso, jajajaja, me encanta esa frase, y no solo eso, tiene un valor sentimental para mí. Era una de las frases favoritas de un amigo que nos dejó no hace mucho. Creo que solo por eso no la cambiaría aunque estuviese mal.

¡Y ni pienses en quejarte por tantas observaciones que hago! Jajajajajaja... vos me invitaste... así que...

Un beso,
Esther

¿Quejarme? Eres una bendición. No imaginas lo que valoro esto que haces por mí. Tanto que estoy pensándome el ir en un futuro no muy lejano a Argentina a agradecértelo personalmente. Y no hablo en broma, igual que te digo que si esto se termina algún día, serás una de las personas a las que le regalaré el libro en papel.
De todas formas, y siendo sincero, también iría por que me invitaras a un mate, con o sin leche condensada, estoy intrigadísimo con eso, ajajaja

Un beso grande amiga, nos seguimos leyendo;)